Nada nos cuesta ayudar, compartir nuestros conocimientos nos hace más sabios.
Él va a comprar el pegamento epóxico y entre los dos le echaremos pichón, así se ahorrará la mano de obra y nos queda la satisfacción que un espacio de su casa está elaborado por nuestras propias manos ¡Que gratificante!
¡Así somos! preocupados por nuestros semejantes, dispuestos a apoyar sin esperar nada a cambio, por que a fin de cuentas, cuando nos toque, sobraran manos que nos ayuden.